...Porque de un lado estás tú... y del otro lado todos los demás...



miércoles, 11 de diciembre de 2013

La Mala Fe


Renunciar a algo…. o más difícil aún… dejar ir a alguien, no significa perderle.

A menudo se oyen frases como: “Ah sido por que le tiene mala fe” ó “Lo ha hecho de mala fe” pero poniendo atención a estas palabras, comprendí lo poco que las había analizado antes.

Cuando Jorge le aseguró a su “mejor amigo” Mario que besar a otras mujeres no era infidelidad y que la infidelidad no era infidelidad si nadie lo descubría, lo hacía de mala fe.
Jorge estaba enamorado de Lucy, la novia de Mario.

Cuando Any, aburrida, inventó que tenía una nueva relación sólo para divertirse rompiéndole el corazón a Dan, quien creía todas sus palabras, lo hizo de mala fe.
Any sabía que Dan estaba enamorado de ella.

Igualmente, cuando José llamó a Karla a media noche, fingiendo que estaba ebrio para decirle tonterías y luego negarlo al siguiente día… fue un acto de mala fe.
De sobra está decir por qué.

Mentir, lastimar, inventar, diseñar una historia de difamaciones, edificar una personalidad falsa, fingir fragilidad, llenar un saco de orgullo, presunción, malicia e infidelidad… lejos de ser una maldición, sólo son actos de mala fe que cargan consecuencias en su interior.

Cuando me subo a la cama a mirar por mi ventana… lo que más me gusta admirar es el cielo. Veo aves sobrevolando, arboles, casas… el río y a lo lejos, puedo ver en lo alto de un cerrito la “famosa” escultura de una iglesia.
Mi ventana es uno de mis escaparates favoritos…
Me gusta perderme en pensamientos mientras admiro el paisaje. No importa si ese cielo mío está azul lleno de nubes enormes y blancas… o si como otras veces tiene esa textura tierna y aborregada. Tampoco importa si está nublado, si su color no es tan vivaz, ya que no pierde por ello hermosura ni realeza. Por las noches, decorado con estrellas y la luna, ese cuadro que se forma en mi ventana y que es obra de un arte superior a lo humano, no tiene descripción.

“Dicen que los ojos son la ventana del alma… y cuando miro tu alma… que no te asusten mis palabras, que  tan sólo por respeto diré que no veo nada.”

Me di a la tarea de entrevistar a algunas personas y conocer lo que ellos entienden como “mala fe” ¿existe realmente la mala fe? ¿de dónde nace, quien la tiene?
 Al escuchar, leer  o dialogar acerca de este término bajo las perspectivas de diversos  ángulos, profesiones, religiones, perspectivas o reflejos, quizá sea posible contener algo más concreto de ello.


“Entiendo que es hacer algo con toda la intención de provocar un daño en alguien más como consecuencia. ¿Un ejemplo? Pues cuando alguien sabe que no es dueño completamente de algo, una casa, por ejemplo, y aun así se la renta a un tercero, hace un contrato y oculta información (como que es dueño compartido) eso es actuar de mala fe. Tenerle mala fe al alguien pues me suena a desearle algún mal, a tener un concepto prejuiciado de esa persona.”
Elizabeth Periodista, editora en jefe y reportera.

“Mala fe... quien o quienes lo utilicen se estarán refiriendo a una actitud de mala gana, de hacer mal. Ejemplo: No te pasa la tarea (por mala fe) esto por querer perjudicarte."
Viridiana, psicóloga.

"Malas intenciones. Cuando alguien propone un trato con mala saña, con dolo, conocimiento, ventaja. Eso es mala fe."
César, abogado.

"¿Mala fe? Sin duda tener una religión equivocada."
Alejandro, pastor.
"Imagínate, mala fe puede referirse a varios conceptos:
Mala fe, actitud maliciosa o temeraria.
Mala fe, concepto legal que denota un propósito de engañar a la otra parte en un acuerdo. Lo primero que a uno le viene a la mente es que cualquiera podría ser acusado perfectamente de actuar de mala fe. La actuación intencionadamente maliciosa y lesionar derecho ajeno y no cumplir con un deber. unos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro."

José, policía.

"Cuando haces algo intencional que afecta a alguien y ya lo sabes. Ponchar una llanta a propósito, pues sabes que le va afectar a esa persona."
Alejandro, ingeniero.

"Es una acción que haces compromiso, no por que te nace. Aquí en mi trabajo había un trabajador que dormía con otros compañeros de cuarto y a finalizar la quincena nos tocaba bajar... y a unos de los trabajadores un día antes se le perdió su tarjeta donde nos depositan... pues esta otra persona se la robo."
 Edoardo, empresario.

"Es cuando haces algo con malas intenciones. Tal vez no es ese el concepto, es más bien, cuando no crees en alguien; cuando no le tienes confianza a una persona pero ésta persona insiste en ser confiable."
Marian, arquitecto.

"Depende del contexto de la frase, pero básicamente se trata de algo negativo, cuando alguien actúa de "mala fe" que te hace "una mala jugada" así lo entiendo yo.
Una infidelidad a tu pareja eso se me haría actuar de mala fe pues no hay honestidad." 

Iraiz Diseñadora Gráfica.

"Ser cruel, ser despreciante, ser cortante, ser “mala onda” Tiene muchos la mala fe. Siempre estás tratando de que al otro le vaya mal. Que siempre haces las cosas a escondidas de esa persona que confía en ti. Siempre estás pendiente de qué hace para que todo le salga mal."
Mayte, secretaria.

"A un término utilizado para suponer una idea no concreta de lo que crees. Creo que es una especie de autoengaño, la negación a tu propia existencia y tu propio razonamiento.
Un término utilizado para referirse al cierto límite de lo que puedas creer y lo que razones."
Daniel, universitario.

"Mala intención o intenciones negativas. Aconsejar a alguien que haga algo que le va a perjudicar o a afectar, diciéndole que es bueno." 
Javier, policia.

martes, 10 de diciembre de 2013

INTRODUCCIÓN


Este es el comienzo de un relato que, realmente no sabía cómo empezar a abordar... pero haremos lo posible y con la mejor intención. En esta parte, que es así como la introducción, quisiera agradecer de antemano a cada una de las personas que participaron conmigo brindándome su tiempo en las pequeñas entrevistas.

A ti... si algún día pasas por aquí, espero que lejos del mensaje puedas comprender el sentimiento y la intención.

Dejar de amar o ser amado por algunas personas, que nos ame una persona a la que no podemos corresponder o amar a quien no puede correspondernos, NO significa renunciar al amor.

Renunciamos al amor cuando dejamos de amarnos, cuando creemos que es posible amar más a quien no nos ama, que a nosotros mismos...

Cuando pasamos por alto vejaciones a nuestra integridad, a nuestro amor propio, cuando justificamos lo que realmente nunca debió pasar... cuando decidimos creer en promesas que contrastan severamente con el cuadro de los actos en la realidad.

Entonces, mujer... no dejes de AMARTE, no permitas que una persona que se escuda tras una falsa mascara de vulnerabilidad, empañe tu visión. Los sentimientos pueden ser complejos y el amor violento pero en una violencia poética que trata de pasión.... no de heridas permanentes en tu corazón.

Es así que quiero dedicar esta historia a una mujer que al igual que yo, vive deseando proteger a esa pequeña y frágil niña que un día fuimos. A ella, a esa niña…

Ella no es otra más que tú… así que óyela, entiéndela… recuerda si te condenas por salvarla no habrá redención para ninguna de las dos.


lunes, 9 de diciembre de 2013

La mirada de mi niña...

Hace poco me topé con una de esas imágenes que están tan de moda en las que se acostumbra a poner una pequeña reflexión, frase poética o amorosa. La que yo vi tenía una pregunta singular... ¿estaría, el niño que fuiste, orgulloso del adulto que eres ahora?

Esto me hizo caer en una lluvia de pensamiento y de ideas.

En primer lugar por que... pensé que tal vez muy pocos recuerdan realmente lo que decían, hacían o solían pensar o idealizar cuando eran pequeños... y aunque sinceramente yo no recuerdo todo, tengo muy bellas memorias de mi infancia. Además, nunca he dejado de sentir que llevo de la mano a esa niña, para muestra en este mismo blog existe una publicación titulada "El corazón de mi niña" donde queda claro mi deseo por protegerla, desvanecer sus temores en un abrazo enorme para que ella sepa que nunca estará sola; me tiene a mi siempre que desee estar a mi lado. Lucharé por realizarla y complacerla  con todo lo que ahora sé y puedo hacer.

Ella siempre decía que quería ser licenciada... ¿en qué? no sé... y recordarlo inevitablemente me desprende una sonrisa desde el fondo del alma, porque su forma de plantear ese ideal era firme, claro, sin titubeo. Visualizaba, con la sencillez que le suponía, terminar una instrucción escolar, ser "licenciada" y ya!
Ahora estamos al filo de aquellos... por fin terminamos la universidad!!!

Abandonamos el camino largo tiempo, pero pudimos reincorporarnos... :P vida hay poca, tiempo sobra... nosotras, gracias al cielo seguimos con tiempo de vida :D Ahora nada más falta la titulación...

La estoy mirando a los ojos, me ve con esa sonrisita pícara y con su cabellito corto enmarcándole el rostro. Me inclino hasta quedar a su altura. He de explicarle que falta hacer la tesis...
-¡¡Lo séee mi amor, lo mismo me sucedió!! Nadie me dijo que iba a necesitar mucho dinero para la tesis y la titulación! ¬¬  Ser licenciada es un poco más complejo de lo que imaginamos :P pero a estas alturas no nos vamos a rendir ¿o si? :P

Sé que he descuidado nuestra estabilidad física. Haré dieta u_u por que ahora sí... después de la ceremonia de graduación, te llevaré con él... :) verás a tu amor otra vez. Si quieres le puedes contar que ya eres licenciada :P

¡Yaaay! estamos cerca del sueño de canalizar nuestros talentos a su disposición :P
Suspiro profundo y la abrazo. Ella se rie emocionada y se apega con fuerza a mi.
Ese sueño es de amabas, puesto que es una ilusión que se forjó durante esa etapa de transición en que ambas nos fundimos para ser una por siempre sin dejar de habitar este mismo cuerpo las dos.
Hablamos en primera persona, por que compartimos el mismo ritmo de los latidos... antes y ahora.




Vamos a amarnos siempre, por que en lo más profundo de mi alma ella guarda los tesoros de mi... de nuestro más grande amor, de nuestras ilusiones, nuestros lutos, recuerdos, las historias que hemos escrito juntas... nuestra pasión, diversión, la razón de nuestros desvelos, las intenciones de nuestros actos, la verdad de nuestros silencios y el por qué de nuestra frialdad en ciertos momentos. En fin, la mezcla de toda la belleza, de lo que más nos entusiasma, de lo que llena nuestra alma, de lo que nos lleva al filo de la euforia, todos nuestros más evidentes rasgos y características ante el mundo, así como cada secreto...


viernes, 8 de noviembre de 2013

Esperaré... (carta de él)

No puedo dejarte ni debo obligarte a renunciar a tus alas...

...por eso en aquel momento entre tus brazos, después de todo ese pasado, un refugio se fue edificando para ti...

No importa cuanto tardes en volver... si es mañana, si es en otra vida... será algún día y ahí estaré.

En tanto estés lejos sólo deseo que puedas recibir toda la felicidad que mereces... pues no hay nada más gratificante para mí que recordarte sonreír.

Si alguien vuelve a lastimar tu dulce corazón, tráelo hasta mi...
prometo cuidar de él hasta que esté fuerte y luego dejarte ir...

Sólo así, cerca de ti puedo aspirar profundamente con tranquilidad... vuelve una vida perdida en mi interior a su lugar.

S...

Ahora que no dejo de imaginarte en ese "renacer" no tengo ninguna duda de que  no habrá quien te ame más que yo... y aunque eso nada puede ante el hecho de que este no sea tu sitio, no pienso renunciar a este sentimiento que, como antes ya he dicho, seguramente es eterno...

Así decidas atravesar el universo, así decidas escapar muy lejos; renunciar a tus temores, a la realidad, a la tranquilidad, a los recuerdos, a nuestro pasado, al amor... al tiempo... a lo que hay aquí, dos corazones que laten por ti... uno amando por completo todo lo hermoso que conoce de tu ser y un hermoso ser que sin conocerte ya debe tenerte un amor igual intenso...

La carta que él recibió...

Ayer volví a aquella casa... con la misma absurda esperanza. Obviamente no había nadie ahí.
Tras el segundo paso me topé con una carta... un sobre común, sin ningún certificado, abierto, lanzado por debajo de la puerta como al descuido. Justo como un niño inundado en una inigualable ilusión, la levanté y sin demora, alguna comencé a leer...

"Ella ahora es más dulce que antes ¿no es verdad?
No me parece novedad... ¿te habrá costado mucho haberla dominado? Pero... ningún ser renuncia a su naturaleza y muchos no pueden vivir atados...

Una dulzura tal que cuando me susurra amor... pierdo enseguida la calma.

 Amo esta casa, tan suya, tan impregnada de su esencia y tan llena de bellos recuerdos. 
Ella se transforma, es incitadora, perfecta, segura, cálida y tan apasionada que enamora. 

Cuando arquea su cuerpo, ese tierno lunar en su cadera marca un punto clave en su silueta... bajo la romántica atmósfera que da la media luz de su habitación, aquella señal en su cuerpo luce más encantadora... ¡no entiendo como antes no me percaté de ello!

Siguiendo poco a poco por ese sendero, noté que todo su cuerpo siempre tiene nuevas formas de apreciarse. ¡La sensualidad de su desnudez aún a estos tiempos es un cuadro maestro!
Su suavidad, su tacto, su aroma. Su voz... en palabras, en susurros, en los dulces sonidos que emanan cuando se entrega, cuando siente, cuando ama... cuando dice mi nombre, cuando canta, cuando ríe... y como en cada expresión su rostro cambia.  

La adoro cuando me mira y somos toda la una para la otra... una renuncia total a todo lo demás que muy poco o nada importa.

Ella me cautivó con su promesa de olvidarse de todo... es una prueba de amor tan grande que más que enamorarme, ¡me impresiona!
Se acabó el pasado para ella, no volverá a derramar una lagrima más por todo aquello que no vale la pena.
Y en ese todo, tu nombre está especialmente subrayado... con todo lo que conlleva.

Manteniéndola en mis brazos, entre ese tenue y abrazador calor de su pecho, de su vientre, de sus labios, de todo su cuerpo... declaró el fin de su presión al no tener que estar a tu lado, el miedo a ser despojada, a volver a ser tocada por alguien por quien nunca pudo sentir nada... finalmente encontró el valor para huir y llegar hasta mi...
Ya no necesita tus cuidados, ni nada que venga de ti...

Se levantó de la cama... tomó su bata y sonrió, sé que podrás imaginar a que tipo de sonrisa hago alusión. Su menudo cuerpo vaga por la habitación bajo esa bata que no está cerrada... sólo para provocar, para llamar la atención...

¿Tienes el recuerdo de su sonrisa? Si dedicó alguna especial para ti, guarda eso como único recuerdo de ella y déjala  vivir... por que después de todo lo que ha tenido que pasar, finalmente está siendo feliz..."

martes, 5 de noviembre de 2013

YO...

...Por que sin darnos cuenta, dejamos de ser, de volar, de decidir. Nos transformamos... hacemos, vemos, tenemos y mantenemos lo que la voz de quién amamos quiere que seamos. Entonces un día, sin darnos cuenta al despertar ya somos sólo algo... ALGO elemental, ALGO bueno, ALGO útil, ALGO accesible, e incluso hasta ALGO necesario...
Perdimos el ALMA, la ESENCIA, la VOZ... porque la encausamos a ser regalo, a ser uno, a ser eco o silencio.

Adoptamos gestos, actitudes, mentiras, argumentos, razones, estandartes, religiones, tiempos, palabras...
Llegamos al decadente punto de  defender eso que creemos ser... sin poder llegar a distinguir, entre la mezcla que se dio en el proceso, lo que perdimos... lo que cambiamos, lo que dejamos, lo que adquirimos... sea bueno o malo, parte de una esencia personal que muchas veces ya ni recordamos.

No es otra escena, no es otro tiempo, no es olvido, no son fragmentos reprimidos... es la renuncia al propio sueño cuando creemos que el sueño se se está cumpliendo.
Desenfocamos, tergiversamos y buscamos el resguardo que queda en un tiempo que nos llena con ser lo que tenemos, lo que debemos, lo que podemos...

Dejamos de ser ALGUIEN en el nombre de ese amor... perdimos la esencia del YO...

¿YO? ...YO... -YO- "YO" _YO_ ¡YO!


Por eso el destino no está encaminado a estar contigo... si quiero mantener lo que soy...

domingo, 3 de noviembre de 2013

Tan parecido...

-¿Por qué no te quedas?

-No... - respondió ella... y el abrazo se hizo más fuerte.

No cabe duda existen fuerzas más grandes y decisiones realmente fuertes que van más allá de lo que conocemos, vemos, leemos, escuchamos o nos atrevemos a definir.
Todas las personas tienen su razón de estar, de ser, de marcharse, de permanecer... otros simplemente no
saben qué hacer.

"Estoy caminando a la orilla de un acantilado... admirando la inmensidad del mar y sintiéndome casi agobiado por su magnitud, por su belleza y por esa calma que en un momento puede transformarse en una fuerza devastadora.

Al sonido de tu voz, en una reacción apresurada, eufórica, única... vuelvo a buscarte y en ese apuro, en un mal paso... se desmorona el acantilado...

En esa caída veo pasar muchos fragmentos de mi vida, mi tiempo después de ti... 


Al sumergirme, dejo de pensar, es una especie de trance al estar atrapado entre las ondas del agua y la necesidad de respirar...

Puedo nadar... pero soy incapaz de moverme... espero que mi cuerpo pueda flotar porque la sensación se vuelve agradable y no quiero luchar...

Te puedo ver volando cerca del acantilado, agitando tus alas cuando la marea se vuelve violenta y espesa... y por instinto, no puedo hacer más que estirar mis brazos...

                                                                           ...necesito tu aire, tu aliento, tu mano...

Pero te veo alejarte a pasos cortos sobre las olas... vas desechando tus alas para volver a tu cielo...

Y sé que no regresarás cuando la angustia de esa recurrente pesadilla me obliga a despertar."


El instinto marca los pasos, define las acciones, sabe cuando es momento de aspirar profundamente para capturar la esencia de un último momento. Sabe cuando se debe exhalar ese aliento en forma suspiro, por todas las palabras que deben quedar en el silencio. Sabe que es momento de aprovechar cada segundo de ese contacto, ese calor, esas sensaciones de regocijo, de ternura, de afecto, de protección... de ese algo tan parecido al amor.


Quizá te ame más y entonces te extrañe menos o si te extraño más... seguro es que mi amor por ti será eterno.



sábado, 2 de noviembre de 2013

La nueva habitación.

Sé que no me justifica nada...  pero más que enfadado el dolor se apoderó de mi... el dolor y el miedo a todo lo que estábamos por enfrentar. Se nubló la luz de mi sentir.
Dije cosas horribles... incluso esa maldita palabra que nunca habría deseado usar al referirme a ti.

Puedes reír, lo merezco... pero hay ocasiones en las que aun siento el corazón a punto de estallar... un golpe de latidos que se vuelve un frenesí intenso... una búsqueda constante... una necesidad de ti, de encontrarte...
Después de un rato el palpitar se vuelve una punzada profunda que me obliga a llevar una mano al pecho...

A diferencia del pasado pienso permanecer un tiempo aquí... en esta casa que recorro constantemente con el imaginario capricho de que en cualquier momento me toparé contigo en algún pasillo...

Con todas las fuerzas de mi corazón, desearía que sólo fueras mi despertar tras un mal sueño...

Cuando el vacío de nuestra cama me hace recordarte, imaginarte llenando con tu piel un espacio y un cuerpo ajeno... la confusión, la desolación y los celos me obligan a abandonar el sitio que tanto tiempo fue mi refugio...


Camino, respiro... y entro a la nueva habitación, me acomodo en el sofá al lado de la cuna... sí, el mueble que estaba contemplado como primer plano para inmortalizar tu imagen con la nena en tus brazos...

Constantemente imagino su rostro, su sonrisa, su llanto, su risa... sus primeros pasos, su primera palabra...
Me pregunto cuales serán sus gustos, su carácter, su comida y su juego favorito...
¿Cómo será su vida sin ti? ¿cómo explicarle a ella por qué no estás aquí?
Sé que falta mucho para ello. Ella ni siquiera está todavía aquí...

¿Sabes lo que mas odio de que me llames? El tener que escucharte sin verte, el tener que imaginar en donde estás... la frustración de no creer que así de sencillo todo se haya perdido... que nunca me hayas querido o que de forma tan fácil me dejaste de querer. Quisiera una vez más... sólo una vez mas, abrazarte sin llegar a desear más, respirar tu perfume, revolver tu cabello, sentir tu calor sobre mi pecho, resguardarte, protegerte... olvidar y callar.

Antes pensaba que tus acciones merecían una disculpa... pero ¿disculparte por buscar la felicidad que yo no te pude dar? Ni la más tierna de mis caricias, ni el más profundo de mis sueños, ni mis abrazos, ni si quiera uno sólo de mis besos alcanzó a rozar tu alma, tu corazón... tu pensamiento.
En cambio para mi... tu dulzura es fuego, complemento de mi ser entero...
Esperaré... al final de cada duelo sólo queda el tiempo...



En unos meses, el destello que iluminara esta nueva habitación dará nuevo sentido a todo sentimiento.

Quizá te ame más y entonces te extrañe menos... o si te extraño más... seguro es que mi amor por ti será eterno.




viernes, 1 de noviembre de 2013

Un rato libre.

No sé si sólo me pasa a mí, pero hay ocasiones en que un texto me cautiva de tal manera, que simplemente no puedo dejar de leerlo una y otra vez... quisiera atesorarlo, memorizarlo, recitarlo... por que hay frases tan llenas de verdad, de sensibilidad... que me hieren dulcemente o me enamoran con crueldad.

Aún cuando he llegado a quedar sumamente encantada con algún escrito, historia, novela, pasaje o cuento... si existe algo que me apasiona es escribir. Probablemente por que las voces de mis sentimientos que sólo son audibles para mí, gritan aturdiéndome a momentos... unos son euforia, otros confusión, drama o secreto... pero se vuelve imposible atenderlos y entenderlos cuando todos gritan con tal intensidad a un mismo tiempo... entonces transcribo lo poco que entiendo a cada uno... y como piezas de una sola parte voy uniendo las lineas que parezcan tener algo de coherencia... luego entiendo por que muchos no me entienden... pero les aseguro que es algo que yo tampoco entiendo.

Justo ahora está sucediendo... hay muchas cosas aquí dentro que van escapando.... sentimientos que sólo fluyendo en letras encuentran orden, secuencia lineal... escape...


Dios mediante, en poco tiempo espero publicar la primer parte de un texto que estoy escribiendo... ¿cómo llamarle? la idea principal es que fuera una especie de cuento... pero cada que tecleo...¡¡caprichosas letras!! se adivina algo completamente torcido del concepto... cambia la forma pero no el contexto... ¡amo eso!


jueves, 31 de octubre de 2013

Si te quedas en mi pasado...




Hay un suceso más o menos reciente que no he querido comentar con nadie... no creo que valga la pena hacerlo. Además en estos tiempos ya nadie quiere escuchar, ni leer, ni mucho menos pensar...

"...entiendo que querer tener un dialogo maduro es mucho pedir... y seré tu único remordimiento si te quedas en mi pasado"

Tus razones, mis razones, mi talento, tus limitaciones... pocas palabras, poco tiempo, mucho miedo.
Yo jamás diré lo que sucedió... pero sí me gustaría recorrer esas calles de nuevo, y solamente vigilada por mi sombra, dejarme abrazar por ese frío... por esos sonidos, degustar un postre, caminar muy lento... escuchar esa historia, contarte un cuento.

Descifré entre tus lineas una historia alternativa y tengo una gran idea de lo que significa... pero ¿que significas tú? ¿cómo llegaste ahí?

Yo también entiendo lo que no puedo pedir.

Hace mucho que sintiéndome tan mal no me sentía tan bien... es quizá por que hace mucho que no siento. Ya no suelo escribir ni recordar... pero hoy es una noche especial por que te conviertes en pasado...

Pude haber dejado ir una lágrima después de cerrar la página... pero sería dar por sentadas muchas cosas, desordenar severamente el espacio, dañar una estructura que puede caer sobre mis hombros... derrumbar un equilibrio por algo que puede no ser realidad o que aun al serlo es comprensible.

 Cada uno en sus estándares sabe lo que considera demasiado... y es mucho, mucho en realidad esperar que los demás puedan comprender sin argumentos, pero no voy a especular... por bien o mal, por gusto o por necesidad, no permitamos que nuestras acciones nos supongan complejos o miedos... no cuestionemos. Podemos extraer conclusiones, imaginar las peores versiones de una sola historia, pero lo mejor es no contaminar lo vivido... no amargar el dulce tiempo. Pensaré que determinamos ambos esa decisión.

Tomaré entonces aquello como un mutuo acuerdo...olvidemos lo de hoy, pero te quedas en mi pasado de la manera que yo quiero.


viernes, 24 de mayo de 2013

El muro, las sombras y las rosas de papel...



Ella edificó un enorme muro alrededor de mí. Se aseguró de que el espacio fuera amplio y pudiera sentirme bien estando ahí. Me explicó entonces que aquel muro serviría de protección.

 Probablemente al imaginar un espacio cercado muchos se crearán una sensación de acorralamiento o claustrofobia, pero ella sabía bien cuan grande debía y podía ser aquel refugio. Llevó mucho tiempo el construirlo, tanto que no eché en cuenta cuando había sido terminado. 

No recordaba que era un espacio limitado, por que dentro tenía todo y tal vez más que estando fuera. Estaba tan bien planeado que ella se aseguraba además de que siempre pudiera estar pendiente de todo.

Recuerdo que el sitio no estaba techado, pues incluso tenía previsto que el lugar siempre estuviera lleno de luz.
Se estaba bien en ese sitio, lleno de retos y libertades.

Me concedió el dulce capricho de darle forma, diseño y nombre al “nuevo mundo” y entones decoré las paredes a mi gusto, dibujando sobre ellas, flores, esferas, estrellas, dragones y libélulas. Lo llamé “nuestra amistad” y revoloteaban en el aire fotografías con escenas nuestras.

 Nunca pensaba en el muro. Tanto lo perdí de vista, que olvidé por completo su existencia hasta que desapareció. Entonces mi mente sufrió un espasmo en el que desconoció la realidad de sus recuerdos. Aquello que estaba a mí alrededor, era lo único que había existido siempre.

 A veces nos sentábamos a charlar, pasaban horas en las que tema tras tema el tiempo se iba, se reducía, llegaba la hora de dormir ¡y aun teníamos tanto qué decir!

La oscuridad de la noche era cómplice de la silueta que dormía fuera del refugio, mientras el fugitivo se entregaba a la libertad de una zona de confort misteriosa.

Todo lo que yo decía, planteaba, cambiaba o sugería para mejorar ese lugar estaba bien. Ella aprobaba todas las ideas y sobre muchas trabajaba conmigo para que pudieran pasar de proyecto a realidad.
Toda la gente que yo quería, que amaba, que conocía… estaban ahí, siempre cerca de mí.
Iba, venía, dejaba, tomaba, causaba y reaccionaba de forma normal. Ella nunca se apartó.

De pronto el sonido de nuestras voces llegó a crear un eco tan fuerte que dejamos de escucharnos, pero nos acostumbramos a conformarnos con lo poco que entendíamos.

En ocasiones tenía que cerrar los ojos, a veces para dormir y otras para negar.

Ambas conocíamos bien el espacio completo y a pesar de ser un refugio hecho para mí, me preguntaba si ella lo había construido para sentirse protegida también… si era así, deseaba que hubiese funcionado. Yo no tenía problema en compartir el espacio, el tiempo. No creía ni sentía sólo acercarla a mi familia, sino que ella misma ya era parte de mi familia también. Todo lo que yo tenía por mí, ella podía tenerlo. 

Una de esas ocasiones en las que cerré los ojos la escuché murmurar algo y cuando sus acciones me dejaron atónita y sin palabras se creó un lio y ella trató de culpar al eco que distorsionó su voz y mi entendimiento.

Mi decoración comenzó a cambiar, había sombras que movían las cosas de su lugar y difícilmente podía encontrar lo que necesitaba. A veces ni siquiera podía detectar que provocaba esos vacíos tan evidentes. Todo se fue deteriorando, se fue desvaneciendo. Los vestidos, las rosas, los detalles, los cuentos… eran memorias, cosas que no existían más, no vale la pena perder el tiempo sobre algo nadie necesita.

Me incliné a observar una hermosa tarjeta que me sugirió muchas ideas… tomé papel y le hice una flor que nunca moriría… la flor terminó sobre un mueble al alcance de las sombras que todo lo perdían. Supongo que la descubrieron ahí abandonada por que nunca volví a verla… pero cada que veo una tarjeta puedo acordarme de ella. Creí que estaba siendo buena… pero una estúpida flor de papel ¿quién la necesita?
Hice muchas más, pero las quemaba al terminar.

 ¿Y si ella se sentía como la flor? Yo no dejaría que las sombras la alejaran. Si llenaba su habitación de flores las sombras tendrían en qué entretenerse y no la molestarían. Entonces trabajé, pasé días y noches haciendo flores y diversas figuras de papel. Estaba cansada y los demás me reñían por esa nueva manía. Era absurda la idea de llenar de papel, de basura un aposento…

Escuché el mismo argumento de ellos, de ella. Tales sombras no existían y lo que todos necesitaban era algo más banal, no inservible y barato como esos papeles doblados que juntos o comprimidos en un cesto figurarían siempre como desechos.

Pero… si las sombras no existían, ¿por qué cuando ellas se atravesaban corriendo entre nosotras, se me dificultaba ver su rostro, reconocerla?
¿Era que la luz estaba disminuyendo? Teníamos que hacer algo al respecto.

Aquella mañana la busqué. No supe de ella hasta el anochecer. Ya la oscuridad era demasiado espesa por lo que me vi en la necesidad que avanzar a tientas, guiada por el sonido de su llanto.

No entendía que pasaba ahí, creí que me necesitaba. Pensé que a pesar de ser un refugio, no hay compensación de lo propio, del origen, de las costumbres, de las palabras de las personas, de la ideas, incluso de los modismos del idioma. ¿Y si ella deseaba partir a su mundo y no podía hacerlo por mi? Estaba aferrándose ¿por qué? ¿Alejada del sitio a donde pertenecía como podría sentirse protegida? ¿Había sido idea mía? ¿Dónde estaban los que la querían? ¿Por qué nadie preguntaba? ¿Por qué nadie reclamaba? ¿Por qué nadie la asistía? Nadie era capaz al menos de preguntar si estaba bien…

 Estaba siendo mala otra vez…
                                                   … malditas rosas de papel.

 La encontraría para asegurarme de que todo estaba bien. La abrazaría y volveríamos a cuidar una de la otra como lo hicimos alguna vez. No tendría que preocuparse, yo estaba aquí, sería su familia, sería su amiga.

Seguí caminando entre esa aterradora oscuridad hasta visualizar un punto brillante en la lejanía. Guiada por ese destello constante avancé hasta llegar a él, pero sólo se trataba de un hoyo en la pared. Tomé una piedra del suelo y la coloqué en aquel agujero, pero la piedra cayó y el destello se volvió una grieta de la cual entraba al refugio mucha, mucha luz. Pegué mi rostro y apoyé mis manos sobre el muro, la grieta no era muy grande, apenas podía distinguir yo una inmensidad azul. Intenté sacar más piedras, pero era inútil, no tenía tanta fuerza, así que trate de imaginar lo que habría afuera. Por primera vez después de mucho tiempo fui consciente del muro. Levanté la vista y descubrí con asombro que el bardeado a mi alrededor no llegaba al cielo, pero era mucho más grande qué la imagen que había en mis recuerdos. Volví a pegar mi rostro en la ranura hasta que una mano al otro lado obstruyó mi vista sin moverse de ahí. Esa mano parecía su mano… ¿cómo había salido? ¿quién la estaría acompañando? ¿estaría bien? Y por primera vez me pregunté que habría detrás del muro aquel.
Desesperada y angustiada por lo que veía, por lo que leía… intenté buscar forma de traspasar el muro, pero ella rompió la carta y la hoja que contenía todo lo que yo no debía saber. Junté algunos trozos en mi afán por entender… y cayó otra piedra al lado de mis pies. Abrí espacio sacando las piedras hasta que el tamaño me permitió escapar y ver…

Era una dimensión distinta donde ella atesoraba lo que más quería: Pasado, personas, amigos, familia, secretos, rimas, alegrías, fotos, fantasías. Una versión alterna a todo lo que me decía. Una realidad obstaculizada por nuestra amistad de la cual yo sólo conocia parte de una verdad a medias o una completa mentira. Había plasmado su estilo en cada muro, en cada rincón… y lo había ocultado de mí. Era parte de una vida a la que evidentemente no estaba invitada…
Había algunas fotos nuestras, pero en aquel sitio se hablaba en secreto o en tono de molestia acerca de mí.   Ahí yo era la sombra del otro mundo…

Me volví a mirar el muro que me había separado de todo aquello… el muro de protección.
Su objetivo no era protegerme a mí, sino proteger lo que ella amaba, de una persona como yo.

Quizá ella podría pasar una vida negando lo que descubrí… por eso no se lo diré, tomaré distancia, guardaré esas fotos bajo algunas rosas de papel, volveré a mi mundo y la veré de vez en vez del otro lado del muro…



viernes, 26 de abril de 2013

El corazón de mi niña...


Un irrefrenable deseo me llevó a mirar su foto otra vez y una extraña curiosidad me condujo a teclear su nombre de nuevo. Mi amor...

Medio vaso de agua sobre la mesa, di apenas un sorbo. Mis labios estaban secos, mis manos estaban heladas, no tenía la paz para concentrarme en nada.

Después de leer aquel artículo volví a ser por un momento esa nerviosa y tímida niña de 11 años.

Quería gritar, quería estallar, quería llorar y demandar respuestas.

Quería salir corriendo pero nada lograría con ello. El miedo que me dominaba en aquel tiempo me hizo su presa en ese momento también y jugaba con mis sentimientos.

Todo lo que veía a mi alrededor estaba fuera de la realidad de mis recuerdos. Esta casa no es aquella, no podía encontrar entre lo que veía esa escalera donde lloraba reprimida, aquella niña con su carta de amor entre sus dedos.

Todavía me cuesta trabajo escribir.

Entre las pausas marcadas por el fin de cada párrafo mi mente vuelve a viajar en intentar seguirlo, en intentar saber a donde irá y hallar el consuelo de que estará bien.

La escena que sigue dando vueltas en mi cabeza. La imagen que me sigue marcando un recuerdo imborrable y que sigue causando dolor. Esa herida que no termina de cerrar.

Me encogí ya tumbada sobre la cama, aletargada. Un ambiente gélido que no puedo describir comenzó a producirme escalofríos. Probablemente mi presión estaba baja o un ataque de pánico en esa penumbra terminaba de adueñarse de mí. Mis pies se helaron hasta doler igual que mis manos, intentaba torpemente encontrar a tacto algo para cubrirme y al tomar la cobija finalmente lloré.

Pasé de buscarla a revivirla… por que ella era yo: sola, atada, confusa y con una tremenda angustia que nadie entendía porque mi amor por él era un secreto. Un secreto tan dulce y severo que no era capaz de compartir.

Pensaba en todas las cosas que nos retienen, que nos reprimen, que pasado el tiempo cambian pero que no dejan de ser imposiciones si no lo queremos. Ahora que lo pienso mejor creo que el temor que sentía era producido por la idea de que la historia se repitiera. No poder estar ahí, no poder despedirlo, no poder decirle que lo amo y que hasta ahora él es la estrella que sigue dando luz a mi vida.

Otro repentino pensamiento llegó a mí: El dilema de estar frente a una persona que no te recuerda, que no te busca ni te encuentra, que desconoce tu nombre, tu identidad y la vida que en silencio le consagras con todos tus más puros sentimientos. Y aunque esa parte de mi corazón que perteneció a aquella niña insista con ese dulce ímpetu a buscarlo, a encontrar la paz en su mirada y ser feliz con unas palabras, con llevarse su renovada imagen grabada en el alma, sin resignación, sin aspiración… sin nada… es en parte consecuencia de su preciosa inocencia ahora fracturada.

Al final aquello era algo que tenía que suceder, algo que no se puede prolongar, acelerar ni detener.

Me da gusto saber que él está bien, que sigue avanzando, que seguirá conociendo y siendo conocido por muchas personas más en las que dejará una impresión distinta, una huella única que muchos atesoraran en su corazón, quizá no de la misma forma que yo...

Al final sólo sé que nunca amaré a nadie como a él. Cada despertar en esta vida es un renacer y si en más de mil vidas lo he amado, hasta hoy y por la eternidad de las vidas que me resten él cada día es el amor de mi vida, un sentimiento al que no daré fin... porque no puedo, porque no quiero…



Mi pequeña en ese tiempo no tenía idea de todo lo que iba a vivir; yo sí lo sé y es por eso que ahora la puedo proteger. Hoy esa adorada niña tiene a su disposición a esta mujer que va a defenderla, que va a encaminarla, a acompañarla… y que va a esperar a su lado con paciencia el momento indicado para dejarla a solas con su amor.