...Porque de un lado estás tú... y del otro lado todos los demás...



viernes, 8 de noviembre de 2013

La carta que él recibió...

Ayer volví a aquella casa... con la misma absurda esperanza. Obviamente no había nadie ahí.
Tras el segundo paso me topé con una carta... un sobre común, sin ningún certificado, abierto, lanzado por debajo de la puerta como al descuido. Justo como un niño inundado en una inigualable ilusión, la levanté y sin demora, alguna comencé a leer...

"Ella ahora es más dulce que antes ¿no es verdad?
No me parece novedad... ¿te habrá costado mucho haberla dominado? Pero... ningún ser renuncia a su naturaleza y muchos no pueden vivir atados...

Una dulzura tal que cuando me susurra amor... pierdo enseguida la calma.

 Amo esta casa, tan suya, tan impregnada de su esencia y tan llena de bellos recuerdos. 
Ella se transforma, es incitadora, perfecta, segura, cálida y tan apasionada que enamora. 

Cuando arquea su cuerpo, ese tierno lunar en su cadera marca un punto clave en su silueta... bajo la romántica atmósfera que da la media luz de su habitación, aquella señal en su cuerpo luce más encantadora... ¡no entiendo como antes no me percaté de ello!

Siguiendo poco a poco por ese sendero, noté que todo su cuerpo siempre tiene nuevas formas de apreciarse. ¡La sensualidad de su desnudez aún a estos tiempos es un cuadro maestro!
Su suavidad, su tacto, su aroma. Su voz... en palabras, en susurros, en los dulces sonidos que emanan cuando se entrega, cuando siente, cuando ama... cuando dice mi nombre, cuando canta, cuando ríe... y como en cada expresión su rostro cambia.  

La adoro cuando me mira y somos toda la una para la otra... una renuncia total a todo lo demás que muy poco o nada importa.

Ella me cautivó con su promesa de olvidarse de todo... es una prueba de amor tan grande que más que enamorarme, ¡me impresiona!
Se acabó el pasado para ella, no volverá a derramar una lagrima más por todo aquello que no vale la pena.
Y en ese todo, tu nombre está especialmente subrayado... con todo lo que conlleva.

Manteniéndola en mis brazos, entre ese tenue y abrazador calor de su pecho, de su vientre, de sus labios, de todo su cuerpo... declaró el fin de su presión al no tener que estar a tu lado, el miedo a ser despojada, a volver a ser tocada por alguien por quien nunca pudo sentir nada... finalmente encontró el valor para huir y llegar hasta mi...
Ya no necesita tus cuidados, ni nada que venga de ti...

Se levantó de la cama... tomó su bata y sonrió, sé que podrás imaginar a que tipo de sonrisa hago alusión. Su menudo cuerpo vaga por la habitación bajo esa bata que no está cerrada... sólo para provocar, para llamar la atención...

¿Tienes el recuerdo de su sonrisa? Si dedicó alguna especial para ti, guarda eso como único recuerdo de ella y déjala  vivir... por que después de todo lo que ha tenido que pasar, finalmente está siendo feliz..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario