Este es el comienzo de un relato que, realmente no sabía cómo empezar a abordar... pero haremos lo posible y con la mejor intención. En esta parte, que es así como la introducción, quisiera agradecer de antemano a cada una de las personas que participaron conmigo brindándome su tiempo en las pequeñas entrevistas.
A ti... si algún día pasas por aquí, espero que lejos del mensaje puedas comprender el sentimiento y la intención.
Dejar de amar o ser amado por algunas personas, que nos ame una persona a la que no podemos corresponder o amar a quien no puede correspondernos, NO significa renunciar al amor.
Renunciamos al amor cuando dejamos de amarnos, cuando creemos que es posible amar más a quien no nos ama, que a nosotros mismos...
Cuando pasamos por alto vejaciones a nuestra integridad, a nuestro amor propio, cuando justificamos lo que realmente nunca debió pasar... cuando decidimos creer en promesas que contrastan severamente con el cuadro de los actos en la realidad.
Entonces, mujer... no dejes de AMARTE, no permitas que una persona que se escuda tras una falsa mascara de vulnerabilidad, empañe tu visión. Los sentimientos pueden ser complejos y el amor violento pero en una violencia poética que trata de pasión.... no de heridas permanentes en tu corazón.
Es así que quiero dedicar esta historia a una mujer que al igual que yo, vive deseando proteger a esa pequeña y frágil niña que un día fuimos. A ella, a esa niña…
Ella no es otra más que tú… así que óyela, entiéndela… recuerda si te condenas por salvarla no habrá redención para ninguna de las dos.
Dejar de amar o ser amado por algunas personas, que nos ame una persona a la que no podemos corresponder o amar a quien no puede correspondernos, NO significa renunciar al amor.
Renunciamos al amor cuando dejamos de amarnos, cuando creemos que es posible amar más a quien no nos ama, que a nosotros mismos...
Cuando pasamos por alto vejaciones a nuestra integridad, a nuestro amor propio, cuando justificamos lo que realmente nunca debió pasar... cuando decidimos creer en promesas que contrastan severamente con el cuadro de los actos en la realidad.
Entonces, mujer... no dejes de AMARTE, no permitas que una persona que se escuda tras una falsa mascara de vulnerabilidad, empañe tu visión. Los sentimientos pueden ser complejos y el amor violento pero en una violencia poética que trata de pasión.... no de heridas permanentes en tu corazón.
Es así que quiero dedicar esta historia a una mujer que al igual que yo, vive deseando proteger a esa pequeña y frágil niña que un día fuimos. A ella, a esa niña…
Ella no es otra más que tú… así que óyela, entiéndela… recuerda si te condenas por salvarla no habrá redención para ninguna de las dos.
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