Dije cosas horribles... incluso esa maldita palabra que nunca habría deseado usar al referirme a ti.
Puedes reír, lo merezco... pero hay ocasiones en las que aun siento el corazón a punto de estallar... un golpe de latidos que se vuelve un frenesí intenso... una búsqueda constante... una necesidad de ti, de encontrarte...
Después de un rato el palpitar se vuelve una punzada profunda que me obliga a llevar una mano al pecho...
A diferencia del pasado pienso permanecer un tiempo aquí... en esta casa que recorro constantemente con el imaginario capricho de que en cualquier momento me toparé contigo en algún pasillo...
Con todas las fuerzas de mi corazón, desearía que sólo fueras mi despertar tras un mal sueño...
Cuando el vacío de nuestra cama me hace recordarte, imaginarte llenando con tu piel un espacio y un cuerpo ajeno... la confusión, la desolación y los celos me obligan a abandonar el sitio que tanto tiempo fue mi refugio...
Camino, respiro... y entro a la nueva habitación, me acomodo en el sofá al lado de la cuna... sí, el mueble que estaba contemplado como primer plano para inmortalizar tu imagen con la nena en tus brazos...
Constantemente imagino su rostro, su sonrisa, su llanto, su risa... sus primeros pasos, su primera palabra...
Me pregunto cuales serán sus gustos, su carácter, su comida y su juego favorito...
¿Cómo será su vida sin ti? ¿cómo explicarle a ella por qué no estás aquí?
Sé que falta mucho para ello. Ella ni siquiera está todavía aquí...
¿Sabes lo que mas odio de que me llames? El tener que escucharte sin verte, el tener que imaginar en donde estás... la frustración de no creer que así de sencillo todo se haya perdido... que nunca me hayas querido o que de forma tan fácil me dejaste de querer. Quisiera una vez más... sólo una vez mas, abrazarte sin llegar a desear más, respirar tu perfume, revolver tu cabello, sentir tu calor sobre mi pecho, resguardarte, protegerte... olvidar y callar.
Antes pensaba que tus acciones merecían una disculpa... pero ¿disculparte por buscar la felicidad que yo no te pude dar? Ni la más tierna de mis caricias, ni el más profundo de mis sueños, ni mis abrazos, ni si quiera uno sólo de mis besos alcanzó a rozar tu alma, tu corazón... tu pensamiento.
En cambio para mi... tu dulzura es fuego, complemento de mi ser entero...
Esperaré... al final de cada duelo sólo queda el tiempo...
En unos meses, el destello que iluminara esta nueva habitación dará nuevo sentido a todo sentimiento.Quizá te ame más y entonces te extrañe menos... o si te extraño más... seguro es que mi amor por ti será eterno.

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