...Porque de un lado estás tú... y del otro lado todos los demás...



miércoles, 9 de abril de 2014

El Odio en una canción de Amor...


Hablar del odio es filosofar de un tema tan extenso como el amor...


Se puede sentir aversión, coraje, resentimiento e incluso temor ante alguna situacion o por alguna persona, pero... ¿odio?. El odio es un sentimiento pesado, envolvente, ciego y bromoso como ese al que llamamos amor... la diferencia entre uno y otro radica en lo que hacen en el alma.



Pero ya... no voy a explayarme en discurrir los efectos y afectos que hacen al humano dependiente de estos conceptos, ni voy a buscar razones para justificar si su existencia es letal o benefica.
Cada mente es un universo plagado de ideas, de pensamientos, de conceptos... por lo que cada uno sabrá o podrá analizar de manera personal todo aquello.
Cada uno vive sus procesos y experimenta las emociones y los sentimientos de manera única, total... REAL.



Hay quienes dicen que "del odio, el  amor sólo está a un paso" pero en algunas historias este proceso es a la inversa... por que entre odio y amor, la linea divisoria es tan delgada y difusa como el acento que  marca la diferencia del 'paso' al 'pasó'...


Gritar 'te odio' con arrebato, suele ser entre humanos más una emoción que un sentimiento. Una expresión ruda y extrema ante un momento de mucho dolor, angustia o furor.  Ese "odio" puede testificarse en personas que se aman... pero al volver el corazón a la paz, ya en calma... se desvanece esa horreanda sensación y todo se arregla con el perdón.
Pero... cuando no hay vuelta atrás todo se transformó...



¿Cuándo empezaste a odiarme?
¿en que momento dejé de ser tu amor?
¿En qué momento dejó de ser aquel mar nuestro mar...? ¿en que momento dejaste de pensar en mi al verlo, o sentir 'la envolvencia' de mi piel al nadar en él...?

Tu inconfundible voz, sirena... atrae mis sentidos a las escenas del mar, el aroma del cielo, la sensación del deseo y me acerco a ti para descubrir que ante tus ojos me he convertido en la red que busca truncar tu libertad, en el hiriente anzuelo recubierto de veneno al que no te debes acercar.

Vuelvo a la profundidad. Puedo convertirme en lágrimas sobre sus aguas... intentar gritar tu nombre ahogando el sonido en las olas que se rompen a tus pies... pero algún día volveras a sumergirte en la marea del odio en tus recuerdos, volveras a flotar despacio... volverás a humedercer tu piel...


No hay dominio más extremo que el de tal sentimiento. Edificaste un castillo que ahora te da miedo habitar.

No puedo asegurarte si es posible ser feliz cuando el alma aloja un odio tal... aunque no creo que sea así.

Puedes buscar refugio a la visión del pasado, puedes perfeccionar tu talento borrando recuerdos...y hacerle a alguien más las promesas y juramentos que fueron de nuestro tiempo... eso sí es posible cuando el amor terminó... cuando comienzas a volar y experimentar celos por alguien más...
Argumentas amar de nuevo, haber encontrado a alguien especial.... le amas y me odias...

¿De verdad podrán ambos sentimientos cohabitar el mismo espacio, el mismo cuerpo?

 El odio que guardas por mi recuerdo, por mi existencia, por mi genero, por lo nuestro...  es fe y efecto de que sigues sintiendo por mí; es por eso que sin importar cuál sea el sentimiento, sólo por ser de ti lo voy a atesorar. El odio no es un requerimiento cuando el amor termina, pero sé que tendrás razones especiales para hacer gala de ello.

Si es REAL, si es justificación, si es escudo o  argumento... ahora sólo quiero recordar que un día me dedicaste una hermosa canción de amor... que hoy me lleva a sentir que aunque no existe más tu amor por mi, a ese odio que dices sentir: no te creo...




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