A veces suelo pensar que el destino lo forjamos nosotros mismos... pero sin duda hay decisiones que van más allá de lo que podemos preever o controlar. Sin duda hay cosas que sólo le pertenecen al destino y su caprichosa voluntad.
Hoy fue el día en que ví una tira de banderines con la misma inicial.
Miraba através de la ventanilla del auto el espesor del tráfico, los edificios y las gotas de lluvia que se estrellaban contra el cristal.
Idealizaba una nuesva entrada para el blog y tenía muchas ideas que se desarrollaban en mi mente al compás de esa misma canción. Minutos después descarté esa idea y pensé en el tiempo transcurrido a partir de algunos sucesos, el cómo de pronto puedes incitar las emociones con el pensamiento y volver a vivirlos de nuevo.
A veces también sucede que... atinas a reconocer ese momento en que un comentario inesperado es lanzado para captar tu atención y constatar la reacción. Hay historias que jamás podremos contar... o que quedarán como versiones editadas... secretos.
Suspiré profundo, subí todo el volumen y me dejé ir de lleno sobre el asiento. Cerré los ojos y al viajar sin abandornar los pensamientos... llenó mis labios la sal de ese momento, la miel, la nuez... y me secuestró la profundidad del sueño.
No sé ni qué escribir... son demasiados pensamientos. En algún momento vino a mi cabeza el recuerdo de la extraña visión onírica que tuve... donde alguien me escribía una canción...
Mmmh... me siento como... cuando intento armar una frase en inglés y me pierdo usando los verbos o me confundo con los tiempos ...al final la mayoría de las veces termino apoyandome en el traductor... aquí no tengo en qué apoyarme, me gustaría hablar con alguien pero... por la hora...no es una opción así concluyó que este relato terminó.
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