...Porque de un lado estás tú... y del otro lado todos los demás...



miércoles, 10 de octubre de 2012

La fidelidad... a uno mismo.


 


Ni siquiera tenía subtítulos, pero eso no importaba, había visto más de una vez aquella película.

Tampoco la sabía casi de memoria como otras, pero estaba segura que comprendería y si no, encontraba grata igual la proyección. Y mientras mi atención se encontraba centrada en la pantalla, observando con más atención y emoción las escenas donde esa actriz aparecía, tan dulce y terriblemente sensual en su esencia, con ese cuerpo perfecto entallado por el vestuario que requería su papel, murmuraba entre espacio alternados lo mucho que ella me gustaba y lo deleitante que me resultaba escuchar su hermosa voz… ver esos labios… yo sólo veía sus labios, mi atención se clavaba en ellos de una forma excitante y envolvente… voluntariamente insaciable, eficaz, adictiva.

Adoro el arco y el matiz que le otorga a todo el rostro su sonrisa. Con la mirada atenta en ese contorno natural, limpio de cualquier retoque que pudiera contaminar su exquisito y suave color resaltando como luz guía sobre su piel, trataba de pausar mis adormecidos sentidos para no abandonar ese sentimiento.

Sentí su brazo pasar sobre mí y detenerse sobre el respaldo del sofá, pero mi ensimismamiento en la belleza de esa mujer, no me permitió darle importancia.

“A mi me gustan más tus labios que los de ella” susurró atrayendo mi atención con su herejía, haciéndome girar el rostro a sus palabras y su acercamiento al rodearme con sus brazos y rozar mis labios, manteniendo el beso al no encontrar resistencia.
Tardé en reaccionar y me separé lentamente al hacerlo. Miré sus ojos y sus ojos veían los míos.

Sentí una leve tensión. Mi ser consciente hacía hincapié a la moral para hacer un llamado a la culpa, pero mi subconsciente parecía saber que pasaría aquello y supo evadir la sensación.
Podría decir que mi cabeza era un eco de voces e ideas que trastornaban mis sentidos y buscaban en mi habitual rutina el marco de la represión… pero nooo, lo cierto es que aunque en un segundo pensé en ‘escapar’ únicamente me dejé dominar por el instinto de un deseo que se materializaba y era agradable.
Retomamos el beso tras un par de segundos transcurridos en miradas…

¡Era tan sencillo corresponder y tan envolvente el impulso de seguir! Muy parecido a la imaginación.
Mordí sus labios y rompí el ritmo para retomarlo al instante. Atrapó juguetonamente mi lengua entre sus dientes suavemente y sonreí, luego deslizo la suya dejándola encontrarse con la mía en un intercambio de caricias. Imitó mi acción mordiendo mis labios… aquellos besos se convertían en las armas de una sensual batalla de succiones, mordidas y alientos.

Es tan fascinante y tan misterioso ese suceso. El como uno es capaz de elegir quien tiene o no ese acceso.
No podemos pensar que cerrando los ojos y dejándose envolver todos los besos se aprecian de la misma manera. No voy a mentir, llegué a imaginar que sucedería.

Me decidí a narrar una parte de mis recuerdos precisamente haciendo una profunda reflexión.

Cuando alguien por quien no sientes la más mínima atracción intenta besarte, por mucho que uno le quiera no es posible establecer esa conexión. Un beso no debe suponer un esfuerzo.
Recordé que en alguna ocasión intenté forzarme… y todavía me arrepiento.

Creo que un contacto (pues no me atrevo a llamarlo beso), con tales señales de evidente rechazo, aversión y esfuerzo se vuelven completamente visibles como inevitables, son demasiado obvias y resultan insultantes y desagradables para ambas personas…

Afortunadamente en medio de ‘Rio Salvaje’ no pasó nada de eso… :P

Sabía que aquello no pasaría de lo besos, por que así lo decidí desde el primer toque de sus labios.
Recuerdo que en un momento devolví la atención a la película en un intento de evitar que la situación subiera de tono. Tras terminar de verla, sin ánimos de charla acerca de lo ocurrido, simplemente acordamos salir a cenar. Al regresar… seguimos viendo películas entre besos hasta llegada la madrugada.

No pensé en nada ni en nadie además de mí. Es por eso que si se presentara en mi vida el mismo plano de nuevo… ¡lo haría otra vez!









 

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