...Porque de un lado estás tú... y del otro lado todos los demás...



miércoles, 16 de julio de 2014

Fragmento -(Llamada)-

Para empezar quiero aclarar que este texto no lo he redactado yo sola.

Estoy muy agradecida por la colaboración de una segunda persona a quien no pude pedir permiso para publicar este fragmento, en primera porque me ha nacido del corazón este impulso repentino de hacerlo y en segunda porque sin duda a esta hora debe estar como en su quinta fase del sueño.

Por ello, este pequeño discleirmer va para agradecer y pedir una disculpa ya que justo ahora me siento una violadora de los derechos de autor... pero es que... sin tus líneas (digo, si acaso estás leyendo esto) como que el relato no tendría sentido!! u.u

Y ya aligerado un poco el peso en mi consciencia, aquí está este fragmento de una historia escrita hace algunos años <3



♥ ღ♥ ღ♥ ღ♥ ღ♥ ღ♥ ღ♥ღ♥ ღ♥



Eliza se  sienta en una acera  y saca su celular  repasando  la agenda. “Mi Princesa” Lee  en su pantalla y sonríe, deteniéndose ahí  pensando un  momento. Respira  profundamente se  concentra  en la idea y pulsa el botón de marcar. 

Ella mira la pantalla, algo extrañada por la llamada, pero contesta. 

-Hi, ¿Eliza?

-Hi... – sintiendo  una  extraña  energía revitalizante al escuchar esa voz de nuevo – ¿estás ocupada? 

-No baby – sonriendo. 

-Sólo quería escuchar tu voz y bueno... disculparme por los  mensajes de ayer y todo lo demás. No es excusa, pero  no me sentía muy bien – esa energía de un llanto que quiere estallar la enmascara riendo un poco – pero ahora estoy mejor. También quería reiterarte mi promesa de una manera un poquito más personal.

-No tienes que disculparte, entiendo muy bien todo – continua sonriendo. 

-Lo sé...  

-Es bueno saber que estás bien… escuchar tu vocecita.     

-Sí, estoy muy bien. Bueno, eso era todo, ¿tú has estado bien también? 

-La verdad no esperaba tu llamada tan pronto. 

-Pensaba llamarte desde ayer... 

-Con eso de que te despediste. Bueno, creo ayer no hubiera respondido – habló apenas. 

-¿Estás bien? 

-Si, claro.

-Tu voz sonó... rara. 

Aclarando un poco su garganta – No es nada. Creo que me agriparé, ¿puedes creerlo? – riendo un poco. 

-Sé que no ha pasado ni un día pero... ¿me has extrañado un poquito? – sonrojándose ante su inmadura pregunta.  

-Sí... 

-Yo… en el aeropuerto… cuando  te devolví el boleto…

-¿Aja?... – esperaba en silencio a que se ordene y continuase. 

Cerrando  los ojos, pensándolo mejor – Nada… sólo desee que fueras muy feliz... 

-Está bien – El silencio se prolongó unos segundos – ¿Estás ahí?

-Sí... aún estoy aquí. ¿Cómo está él?  ¿te  trata bien? 

Queda en silencio por un minuto, y luego responde – Sí, todo bien. He pasado el tiempo hablando con mis hijos.

-¿Sí? Estarán  muy contentos de verte de nuevo, me imagino... 

-Sí. No nos veíamos hace mucho. Todos muy felices. 

-¿Nadie te preguntó a qué habías viajado a México? – lanzando una risita. 

-Mmm… sí, una que otra pregunta, pero estaban más concentrados en hablarme de sus planes, viajes y todo eso, que apenas pude hablar de México.

-Suspirá – Me imagino… 

-Aja. 

-¿Y dónde estás ahora? – pregunta tímidamente.

-En mi habitación, más precisamente mirando a través de la ventanilla del balconcito que hay aquí… está haciendo algo de frio. 

-¿Estás solita? 

Observaba la lejanía del cielo – En estos momentos sí.      

-¡¿Por qué?! – sorprendida. 

-¿Por qué, qué? 

-¿Por qué estás sola...? 

-Apenas la mañana sacó a la familia a sus quehaceres y pues yo me quedé un poco más de tiempo en la cama. ¿Tú, dónde estás?
      
Sonriendo recordándola  en aquel escenario del amanecer – ¿Yo? – mirando a su alrededor – estoy… en casa tomando  una  taza de café.

-Mmh… café, necesito algo de eso – riendo.

-¿Sí? – se levanta del  sitio  al percibir una silueta en la lejanía avanzando hacia ella.

-Aja… 

-P... pues... ven por él – caminando un poco. Su voz se tornó algo alertada por un escalofrío. 

-¿Estás bien? 

-Sí… – mira  al tipo entrar a una casa, sintiéndose aliviada. 

-Te noto algo extraña ahora. 

-Lo siento... no fue nada. 

-Ok… 

-Necesito un abrazo... sólo un abrazo – sonrojada. 

-Recuerdo bien qué pasa con esos… –sonriendo – Te mando un abrazo entonces, muy fuerte.

-¿Enviado?… Así se consumirá en el viento... antes de llegar. 

Suspira – Puedo rodear tu cuerpo con el mio en tu petición... quisiera que sientas esa solidez – cerrando lo ojos, declarando despacio las palabras. 

Secando las lágrimas que  no dejaban de  caer – Rodea  mi cuerpo con el tuyo... 

Suspirando hondamente, como si en realidad hiciera ese contacto, sintiendo el confort de su cuerpo – Lo estoy haciendo – abrazándose a si misma. 

-No te siento.

-Lo siento. ¿Quisieras que sea como la primera vez? 

-No habrá  nada como  la primera vez – soltando una risita. 

Ríe también – Creo que no. 

-Oye… antes de que te fueras, ¿alguna vez te dije cuanto te amaba? 

-Me lo demostrabas muy bien. 

-Jajaja... 

-Es bueno escucharte reír. ¿Deseas recordarme algo? 

Suspirando  profundamente – No. Quiero pensar que lo recuerdas  todo... 

-Eso hago… estás bastante presente.       

-Eso pasará con el tiempo... 

-Como crees – recostándose en la cama. 

-No creo… lo sé. 

-Bueno... 

-Te amo...

-Gracias... – sonriendo apenas. 

-Mi crédito está  por terminarse. Si se corta la llamada... quiero  que  recuerdes eso... si olvidaras  todo, sólo eso nada más. Y s      é feliz... ¿si? 

-Lo soy, recordando y no olvidando. Tengo que cortar, no puedo quitar tu saldo, cuídate mucho. Un beso… bye.

-Espera, ya se va a terminar  de todas formas. Quiero escucharte  todo lo que pueda... incluso tu respirar. S      i me falta el aire... puedo recordar. 

-Tan dulce siempre. Te debo un sueño. 

-No, no me debes nada, al contrario... ¡yo te debo tanto a ti! 

Suspirando – Y yo también a ti, de verdad. 

-¿Y al fin pudiste descansar? – sonríe. 

-Tampoco es que no lo haya hecho contigo. Sólo se duerme lo necesario. 

Ambas rieron. 

-Bueno... queda medio minuto, me despido...      ¡duerme muchooo...! 

-Jaja… cuídate por favor. 

-Sí, lo haré. 

-Bye baby – se corta la comunicación. M miraba la pantalla, le sonríe descansando luego el celular sobre su pecho abrazándolo con las manos, gira su rostro hacia el reflejo del cielo que se veía por la ventana. 

Eliza mira al cielo –...Cásate conmigo… – susurra dirigiendo la mirada a la pantalla de su celular :’(